Porque nos hace feliz y ocupamos el tiempo y nuestra mente en algo.
Así de sencillo, me permitiría responder la afición que algunos de nosotros tenemos por coleccionar.
Curiosamente, sin habérmelo propuesto, un estante me delata que soy una coleccionista..el problema es de qué? (tengo vario de mucho!). A raíz de ello, hice la reflexión sobre el por qué coleccionar, qué nos motiva a hacerlo y por lo demás, cuál vendría ser el aporte de juntar tanta chichería, monedas, estampillas, tacitas, ollitas, cucharitas, botones, discos, vhs, y qué se yo que más (porque de seguro que sí deben existir por ahí colecciones exóticas que se escapan a las que puedo enumerar en poquitas líneas, como por ejemplo, de control remotos).
De seguro que en cada casa hay un alma coleccionista. Y es que esta acción de recolectar-atesorar está bien relacionada con sentirnos dueños de un trabajo que nos motiva a seguir ejerciéndolo hasta (casi) convertirlo en una bonita obsesión (nada tengo contra ellas), dirigidos un tanto por el afán de poseer algo que nos diferencie de todo el resto.
Por lo demás, a esta acción está asociada a la voluntad de querer rescatar y aportar a otras generaciones una especie de patrimonio y demostración de originalidad y dedicación.
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