Tan simple como colocarlas en el interior de las chaquetas o abrigos para realzar la zona de los hombros. Voilá
Las hombreras, nuestra mejor defensa y el acercamiento más próximo que podamos tener a una silueta realmente atlética con marcado acento en los hombros. Y una vuelta de mano, de paso, a la década que a muchas (os) nos vio nacer.
Thierry Mugler y Claude Montana. Diseñadores que la introdujeron al mundo del vestir, logro/acierto que en la historia de la moda, distractores y amantes de estos simples elementos, los sitúan como “culpables” o “monstruos” (en el muy buen sentido de la expresión).
Varios artículos de prestigiosas revistas de moda del viejo mundo pregonan que son nuevamente una moda…personalmente, nunca he dejado de usarlas. La idea es recuperar los hombros bien marcados, favoreciendo la línea femenina; idea que diseñadores muy bien han sabido retomar (Balenciaga, Kors y Gucci entre otros)…pero sin caer en la desmesura.
De una u otra forma este recurso estético ha estado presente en diversas etapas de la historia, no sólo de la moda, sino que de la mismísima humanidad. Es así como indistintamente, hombre y mujeres han hecho uso de ellas, popularidad que históricamente se piensa que provenga de la influencia de los uniformes militares de los años 40s, principalmente. Adoptadas por las mujeres como signos de poder.
Do it yourself:
Consiga un trozo de espuma de poliuretano (usted elije el espesor) y cúbrala con una funda de tela (usted elije el color). Se cosen en la parte interior.
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