Y válgame Dios que como experiencia fue realmente significativa. Una escapadita a no se dónde por horas.
Hay veces en las cuales los dígitos suman para sumar. Roberto y Álvaro fueron reflejo de ello.
Dentro de un cubo de nylon. Música improvisada de un dial chichariento. Pintura de neón...bailarinas atrapadas en plásticos, sombras,silencios, conversaciones, preguntas desde adentro. Respuestas desde afuera.
Y así se construyó esta performance en un galpón alejado...que la lluvia alejó más.
Imposible no comer arte.
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